Unasur

Trabajo Practico De Geografía

1.   Qué significa UNASUR, cuando se creó con que objetivos.
2.   ¿Qué la diferencia de otras integraciones regionales como el MERCOSUR?
3.   ¿Qué políticas en conjunto implemento la UNASUR? ejemplificar.
4.   ¿Cuál es la situación actual de la UNASUR?
5.   Piensen y diseñen alguna actividad para el resto de sus compañeros

Información:
1)   Se conoce como Unasur al acrónimo de la Unión de las Naciones Unidas Suramericanas, organización internacional dotada de personalidad jurídica con objetivos puramente políticos y económicos entre los países que la conforman.  
Unasur está formada por 12 países miembros de América del Sur: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
El 8 de diciembre de 2008 los Jefes de Estado y de Gobierno de los países nombrados anteriormente, decidieron conformar la Comunidad Sudamericana de Naciones. No obstante, el 17 de diciembre de 2007, en la cumbre celebrada en la Isla de Margarita, decidieron cambiar el nombre por el de la Unión de las Naciones Unidas Suramericanas (Unasur).
El día 23 de mayo de 2008, Unasur se legalizó en la ciudad de Brasilia, mediante la firma de su Tratado Constitutivo, por parte de sus miembros.  
La sede de Unasur está ubicada a 14 km al norte de la ciudad de Quito, en el complejo de la Ciudad Mitad del Mundo, en el edificio que lleva por nombre del fallecido ex presidente de argentino, y el primero en asumir la Secretaría General de Unasur, Néstor Kirchner.
Unasur tiene como principal objetivo el de construir un espacio de integración en lo cultural, social, económico, y político entre sus pueblos, con el fin de lograr una inclusión social, fortalecer la democracia, y reducir las desigualdades en el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados.
Unasur para llevar a cabo su objetivo principal debe de establecer como prioridad, los siguientes puntos:
·         El fortalecimiento del diálogo político entre los países miembros.
·         El acceso a la educación, seguridad social, salud.
·         El desarrollo humano con equidad e inclusión para erradicar la pobreza.
·         Desarrollos de infraestructuras para la conexión entre pueblos.
·         La protección de la biodiversidad, los recursos hídricos y los ecosistemas...
·         La integración energética para su aprovechamiento sostenible.
·         La integración financiera, industrial y productiva.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS
*                 El fortalecimiento del diálogo político entre los Estados Miembros que asegure un espacio de concertación para reforzar la integración suramericana y la participación de UNASUR en el escenario internacional.
*                 El desarrollo social y humano con equidad e inclusión para erradicar la pobreza y superar las desigualdades en la Región.
*                 La erradicación del analfabetismo, el acceso universal a una educación de calidad y el reconocimiento regional de estudios y títulos.
*                 La integración energética para el aprovechamiento integral, sostenible y solidario de los recursos de la Región.
*                 El desarrollo de una infraestructura para la interconexión de la Región y entre nuestros pueblos de acuerdo a criterios de desarrollo social y económico sustentables.
*                 La integración financiera mediante la adopción de mecanismos compatibles con las políticas económicas y fiscales de los Estados Miembros.
*                 La protección de la biodiversidad, los recursos hídricos y los ecosistemas, así como la cooperación en la prevención de las catástrofes y en la lucha contra las causas y los efectos del cambio climático.
*                 El desarrollo de mecanismos concretos y efectivos para la superación de las asimetrías, logrando así una integración equitativa.
*                 La consolidación de una identidad suramericana a través del reconocimiento progresivo de derechos a los nacionales de un Estado Miembro residentes en cualquiera de los otros Estados Miembros, con el fin de alcanzar una ciudadanía suramericana.
*                 El acceso universal a la seguridad social y a los servicios de salud.
*                 La cooperación en materia de migración, con un enfoque integral, bajo el respeto irrestricto de los derechos humanos y laborales para la regularización migratoria y la armonización de políticas.
*                 La cooperación económica y comercial para lograr el avance y la consolidación de un proceso innovador, dinámico, transparente, equitativo y equilibrado, que contemple un acceso efectivo, promoviendo el crecimiento y el desarrollo económico que supere las asimetrías mediante la complementación de las economías de los países de América del Sur, así como la promoción del bienestar de todos los sectores de la población y la reducción de la pobreza.
*                 La integración industrial y productiva, con especial atención en las pequeñas y medianas empresas, las cooperativas, las redes y otras formas de organización productiva.
*                 La definición e implementación de políticas y proyectos comunes o complementarios de investigación, innovación, transferencia y producción tecnológica, con miras a incrementar la capacidad, la sustentabilidad y el desarrollo científico y tecnológico propios.
*     La promoción de la diversidad cultural y de las expresiones de la memoria y de los conocimientos y saberes de los pueblos de la Región, para el fortalecimiento de sus identidades.
*     La participación ciudadana a través de mecanismos de interacción y diálogo entre UNASUR y los diversos actores sociales en la formulación de políticas de integración suramericana.
*     La coordinación entre los organismos especializados de los Estados Miembros, teniendo en cuenta las normas internacionales, para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la corrupción, el problema mundial de las drogas, la trata de personas, el tráfico de armas pequeñas y ligeras, el crimen organizado transnacional y otras amenazas, así como para el desarme, la no proliferación de armas nucleares y de destrucción masiva, y el desminado.
*     La promoción de la cooperación entre las autoridades judiciales de los Estados Miembros de UNASUR.
*                 El intercambio de información y de experiencias en materia de defensa.
*                 La cooperación para el fortalecimiento de la seguridad ciudadana.
*                 La cooperación sectorial como un mecanismo de profundización de la integración suramericana, mediante el intercambio de información, experiencias y capacitación.

2)           Ambas iniciativas, la de la UNASUR y la del Mercosur ampliado, apuntan a la gobernabilidad de la región sudamericana. Tienen contenido económico, pero indudables objetivos políticos. Hacen a las relaciones de poder entre las naciones que comparten este espacio geográfico. Tienen que ver con sus estrategias de inserción internacional.
Hay dos grandes diferencias. Por un lado, el Mercosur es una realidad asentada en compromisos jurídicos ya asumidos por sus países miembros. Si bien son compromisos imperfectos e incompletos, difícil sería dejarlos de lado, teniendo en cuenta las corrientes de comercio y de inversión que se han desarrollado entre los socios en los años transcurridos desde la firma del Tratado de Asunción. La UNASUR, en cambio, debe aún superar el proceso de ratificación de por lo menos 9 de los países signatarios. Es posible que ello ocurra y en plazos cortos. Pero no es necesariamente probable.
La otra gran diferencia entre ambas organizaciones es que el Mercosur está basado no sólo en una voluntad política de trabajar juntos de los países miembros, pero sobre todo en un pilar fundamental para la integración productiva conjunta, cuál es el de las preferencias comerciales pactadas. La UNASUR no tiene previsto nada similar. En todo caso, las preferencias económicas entre sus países miembros resultarían de la convergencia de la red de acuerdos de alcance parcial en el ámbito de la ALADI. Hasta ahora han sido esencialmente precarias. Al ser así es muy difícil que incidan sobre decisiones de inversión productiva que sean significativas.

3)          Trabajos en conjunto de la UNASUR:
*                 Gollan destacó el trabajo conjunto de la Unasur para frenar el “grave drenaje” de fondos de los sistemas de salud pública por la compra de medicamentos de alto costo. El titular de la cartera sanitaria respaldó la producción pública de medicamentos y aseguró que se está  trabajando para una política regional de medicamentos esenciales para toda la población.
*                 El ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan, defendió la postura de los países de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas) para frenar "el drenaje de fondos de los sistemas públicos de salud en la compra de medicamentos de alto costo", durante una jornada sobre Políticas de Medicamentos, a la que asistieron funcionarios nacionales y de laboratorios públicos. En un contexto mundial de desfinanciación de los sistemas de salud, Gollan apuntó que la causa de esta problemática es "una transferencia de recursos" al sector farmacéutico y su” devastador impacto", que fue planteado en la última Asamblea Anual de la Organización Mundial de la Salud, en mayo pasado en Ginebra, Suiza. Desde ese momento la Unasur está trabajando para acordar medidas "que frenen e impidan la desfinanciación de los sistemas públicos de salud".
*                 La OIM y la UNASUR acuerdan bases para el trabajo conjunto en la promoción de los derechos de los migrantes La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Secretaría General de la Unión de Naciones Suramericanas  (SG - UNASUR) establecieron las bases y líneas para el trabajo conjunto, a través de una carta de intención firmada este lunes 30 de enero de 2017 por el Director Regional de la OIM para América del Sur, Diego Beltrand y el Secretario General de la UNASUR, Ernesto Samper. El trabajo conjunto favorecerá la generación de espacios comunes de diálogo y colaboración en el ámbito de la migración en Suramérica encaminados a consolidar la integración regional, expresa el documento acordado. Según el Secretario General de la UNASUR, Ernesto Samper "Suramérica a través de su proyecto de ciudadanía suramericana debe liderar en el mundo un cambio de concepción sobre el tratamiento de los migrantes que no puede seguir siendo regresivo, policivo o racista".
*      DOCUMENTO FINAL JORNADA “UNASUR Y LOS TRABAJADORES: EDUCACIÓN, CULTURA, TRABAJO Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN AL SERVICIO DE LA INTEGRACIÓN” 24 DE AGOSTO DE 2012, CASA PATRIA GRANDE PRESIDENTE NÉSTOR C. KIRCHNER, BUENOS  AIRES, ARGENTINA Las organizaciones supranacionales de trabajadores latinoamericanos agrupados en la: FLATEC (Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Educación y la Cultura) FETRALCOS (Federación de Trabajadores Latinoamericanos de Comercio, Oficinas y Empresas Privadas de Servicios), CONTUA (Confederación de Trabajadores y Trabajadoras de las Universidades de las Américas), CEA (Confederación de Educadores de las Américas), SINAFUM (Sindicato Nacional Frente Unitario Magisterial- Venezuela y COSITMECOS (Confederación Sindical de los Trabajadores de los Medios de Comunicación Social), representativas de un enorme conjunto de trabajadores latinoamericanos hemos hecho un análisis de la situación en relación a la UNASUR -donde se han dado los procesos más dinámicos y sólidos de integración regional- y hemos coincidido en señalar y señalarnos a nosotros mismos, la ausencia de una participación de los trabajadores organizados en la misma.
4)           Desde el 31 de enero del 2017, la Unasur está acéfala, y su funcionamiento prácticamente se ha reducido a lo elemental, al menos en contraste con el protagonismo político que tuvo desde su fundación hasta finales de 2016. Tras la salida de Ernesto Samper como Secretario General, el Consejo de Ministros y Ministras de Relaciones Exteriores tardó 45 días en acordar que quien fuera su Jefe de Gabinete, el colombiano Yuri Chillán, quedara a cargo de la institución, pero sin las atribuciones de un Secretario General. En lo que va del año, sólo 2 de los 12 Consejos Sectoriales se han reunido, y ha sido por cuestiones técnicas, vinculadas a educación y a infraestructura.
Este estancamiento se debe a dos factores interrelacionados: por una parte, una nueva correlación de fuerzas políticas en la región, tras la llegada al poder de Michel Temer y Mauricio Macri en dos de los países más influyentes; por otra, el diseño institucional de la Unasur, que establece en su Tratado Constitutivo que la gran mayoría de las decisiones sobre programas, adopción de políticas, etc. deben adoptarse por consenso, entre los 12 países que componen el organismo. Así, la propuesta de designación de Ernesto Samper por un período más fue rechazada vehementemente por los gobiernos de Paraguay y Perú, y también por Argentina, que ofreció a cambio que permaneciera sólo 5 meses más. La propuesta de Argentina, actualmente en la Presidencia Pro Tempore, de que José Octavio Bordón fuera el nuevo Secretario General tampoco obtuvo consenso.
En este orden de ideas, las disidencias entre los países que componen la Unasur y también su situación de debilidad se reflejan más bien en las internas de un organismo esencialmente antagónico: la OEA. Ha sido su Secretario General, Luis Almagro, quien ha hecho de la OEA el escenario por excelencia para, por ejemplo, el tratamiento de la situación venezolana –aunque no puso la misma vehemencia para tratar la grave crisis institucional brasileña ni el proceso de paz en Colombia-. Celso Amorim, ex Canciller de este último país, lo advertía unos meses atrás: “el hecho de no dar énfasis a un determinado proceso también lo debilita. No se necesita acabarlo formalmente, basta no querer más resolver los problemas de América del Sur en la Unasur y llevarlos directamente a la OEA”.
Las cláusulas que exigen consenso para que la Unasur funcione en un contexto de juego de suma cero ideológico han dado lugar, paradójicamente, a un acuerdo tácito sobre la necesidad de dejar al organismo en stand by. Ninguno de los bloques políticos más al extremo ha insistido demasiado en la retomada de su funcionamiento, al menos por ahora. Así, tras nueve años desde la conformación de este mecanismo de diálogo, político, intercultural, económico y social, orientado a la integración latinoamericana, la Unasur parece encontrarse algo debilitada a pesar de que la región atraviesa por un período que requiere amplios consensos, en particular, por el proceso de paz que avanza en Colombia –en el que la Unasur sin embargo no ha dejado de participar-, la reconfiguración de las relaciones con Estados Unidos y las dinámicas políticas que atraviesan los países donde continúan en ejercicio gobiernos de corte progresista.
Es probable que su resurgir venga de la mano de un cambio en la correlación de fuerzas a nivel regional, porque es un instrumento de integración que claramente responde a una concepción soberanista y democrática, propia de los progresismos. Sin embargo, cabe señalar que políticamente nunca fue homogénea -convivieron en ella la Venezuela de Chávez y la Colombia de Uribe-, y se lograron acuerdos importantes para gestionar graves conflictos políticos en la región, como la ruptura de relaciones entre Colombia y Venezuela en 2010, y la destitución de Fernando Lugo en 2012.  A diferencia de hace casi una década, hoy la Unasur carece de la férrea voluntad política de buena parte de sus miembros para reposicionarla como el principal espacio de interlocución política e integración regional

Agregados
Los fracasos de la OEA, el gobierno de Venezuela impuso su influencia en la OEA y a través de votos y dilaciones consiguió que a Machado sólo le quedara tiempo para despedirse y agradecerle al Consejo, como dijo la embajadora estadounidense Carmen Lomellín. Con razón, Machado le dijo a medios internacionales que no había sido un buen día en la historia de la OEA y que es profundamente doloroso el poco apoyo regional que ha obtenido su causa.
En Venezuela, una nueva jornada de marchas opositoras y contramarchas oficialistas derivó en más disturbios y registró más víctimas fatales, que llegan ya a 34 personas. Al mismo tiempo, la Organización de Estados Americanos, OEA, le negaba el derecho de la palabra a María Corina Machado. La diputada de la oposición venezolana deseaba pedir a la entidad internacional su intervención para detener la violación de los derechos humanos en su país, y para que se aplicara la Carta Americana promulgada por la misma organización, otrora poderosa y respetada en el continente. Pero lo que debía esperarse no sucedió. Durante ocho horas se discutió la posibilidad de que la diputada venezolana hablara ante la OEA. En el centro de las discusiones estaba la valiente líder a quien Panamá le había cedido su silla en el órgano hemisférico para que hablara de la violencia en su país, que en las últimas seis semanas ha dejado 34 y miles de detenidos por la represión oficial. Y en Venezuela siguen las protestas, los muertos y las detenciones a los opositores del gobierno. Aunque las manifestaciones más multitudinarias fueron las de Caracas, las víctimas mortales se produjeron en San Cristóbal, Valencia y Mérida. Pero el gobierno de Venezuela impuso su influencia en la OEA y a través de votos y dilaciones consiguió que a Machado sólo le quedara tiempo para despedirse y agradecerle al Consejo, como dijo la embajadora estadounidense Carmen Lomellín. Con razón, Machado le dijo a medios internacionales que no había sido un buen día en la historia de la OEA y que es profundamente doloroso el poco apoyo regional que ha obtenido su causa. Por 22 votos a favor, 3 en contra y 9 abstenciones, los embajadores de los Estados miembros de la OEA aprobaron una solicitud de la misión venezolana para sacar de la agenda el punto dedicado a la situación de Venezuela. Previamente se había decidido que la reunión fuese cerrada a la prensa. Machado agradeció a los once países que votaron a favor de que la sesión fuera pública: Panamá, México, Estados Unidos, Guatemala, Perú, Chile, Colombia, Costa Rica, Canadá, Paraguay y Honduras. Llamó la atención la postura de Brasil y Chile, cuyas dos presidentas fueron víctimas de dictaduras en sus países, y hoy guardan silencio, lo mismo que Perú, a cuyo presidente se le ha tenido por débil ante las demandas de la izquierda latinoamericana. Lo más notorio de todo fue la ausencia de peso que demuestra Estados Unidos para influir en el rumbo internacional de América. Ni su enorme poder, ni las grandes inversiones, ni las antaño fuertes influencias, son determinantes para decidir el futuro de la región. Tantos años de abandono de los intereses latinoamericanos por sucesivos gobiernos, han logrado que Estados Unidos ya no cuente a la hora de tomar decisiones cruciales. Y la OEA ha pasado a ser un organismo inútil más, al que no vale la pena apelar porque perdió su papel como defensor de la democracia en el continente. Así lo deben sentir quienes en Venezuela luchan en solitario contra la dictadura y su paramilitarismo.
 Contexto de La UNASUR 
Al cerrar de la reunión en Brasilia donde se firmó el documento constitutivo de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), el presidente de Brasil Luis Ignacio Lula Da Silva dijo que la creación de esta nueva instancia de integración sudamericana; “permitió tornar real, algo que parecía totalmente imposible. Nacimos como un espacio abierto para toda América Latina y El Caribe, que queremos ir integrando gradualmente.
 Aquello que parecía imposible, ocurrió. A los ojos de los incrédulos, América del Sur está ahora más integrada que nunca, porque acabamos de aprobar el Tratado Constitutivo de la Unasur, mucha gente trabajó mucho, desde la reunión de 2004 en Cusco, para vencer las adversidades, y así llegar a este día jubiloso”. La firma del Tratado Constitutivo de Unasur, dijo el mandatario brasileño, es “motivo de orgullo para todos los que gobernamos los países de la región”.
 De esta manera el presidente de brasileño parecía enfrentar las críticas que desde varios frentes se ha realizado a este nuevo emprendimiento regional
que algunos analistas advierten que no le ven un futuro claro.
 Por su parte la presidenta chilena Michel Bachelet quien se convierte en el primer presidente de Unasur al asumir la dirección del mecanismo de integración, indicó: "Nos llena de alegría porque tenemos la oportunidad de trabajar todos en conjunto en las nuevas tareas".
 "Estamos muy comprometidos y entusiasmados en poner nuestra energía para colocar en marcha la infraestructura institucional para que el tratado entre en vigencia", expresó.
 La mandataria chilena dijo que "con la firma de este tratado constitutivo, la integración latinoamericana (entra en una) nueva etapa, en la cual queremos contribuir en la construcción de este nuevo siglo XXI, donde América Latina es capaz de tener una voz firme y fuerte porque hemos sido capaces de poner en marcha un proceso de integración eficaz".
 En ese sentido, dijo que los presidentes suramericanos tienen la gigantesca tarea de hacer que "el siglo XXI sea mejor que el siglo XX para nuestros pueblos".
 Doce presidentes estaban convocados para la Cumbre, que inicialmente se celebraría en Cartagena de Indias (Colombia), y todos ellos acudieron a la cita, excepto Uruguay, que estuvo representado por su vicepresidente. El acta constitutiva prevé que todos los países de América Latina y El Caribe podrán solicitar su adhesión a la Unasur a partir del quinto año de la entrada en vigor del Tratado, que ahora deberá ser aprobado por los parlamentos nacionales.
 De acuerdo con el tratado constitutivo firmado en Brasilia este 23 mayo de 2008, el bloque está formado por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
 Entre sus rasgos fundamentales el tratado expresa entre sus “principios rectores” la “democracia” y el “irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los estados”.
 Esta nueva instancia de integración se da en un continente signado por dos factores que emergen con gran fuerza; la asunción por primera vez en la mayoría de los países que lo integran de gobiernos de izquierda o “progresistas” y un creciente enfrentamiento entre diversos gobiernos por conflictos limítrofes de índole políticos económicos y militares.
 Ha sido notorio el esfuerzo durante un largo periodo, puesto por el gobierno brasileño del presidente Lula para concretar esta Unión de Naciones Sudamericanas, que en la visión de Itamaraty debe complementarse con un Consejo de Defensa Sudamericano.
 El documento, firmado en la cumbre de Brasilia, prevé además la creación de una institucionalidad de la UNASUR integrada por una Secretaría Permanente con sede en Quito, un Consejo de Jefes de Estado y otro de ministros.
 Varios países parecen aun tener reservas sobre el verdadero alcance del nuevo organismo, aunque el único que lo ha dicho abiertamente es Colombia, el presidente Álvaro Uribe había sido propuesto para desempeñar el primer periodo al frente de la presidencia de la Unasur, pero a último momento no acepto el cargo. Simultáneamente, Colombia divulgó un comunicado de tres puntos afirmando que "no puede ser parte del Consejo de Seguridad Conjunta de Sudamérica, dadas las amenazas del terrorismo y las derivaciones conocidas'' que enfrenta esa nación andina, con un conflicto interno que ya dura más de 40 años. "Sin embargo, Colombia no se opuso a la creación de un grupo de trabajo que continúe en el estudio del tema'', expresa el documento de colombiano. Por su parte el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, quien impulsó la iniciativa, dijo que los presidentes no firmaron la creación de la nueva instancia, sino que decidieron crear un grupo de trabajo que a partir de ahora y por 90 días estudiará la forma y organización que tendrá ese Consejo.
Afirmando “que la decisión política está tomada”. 
 Las reservas e interrogantes sobre la UNASUR se expresan en varios países, en el propio Brasil; el académico Argemiro Procopio, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, afirmó que la Unasur “nació muerta”.
  “Desde la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) hasta el Grupo de Río, que estamos fabricando organismos sin funcionalidad, sin saber a quién representan. Son la cara de la confusión que existe en los proyectos de integración. No sé por qué sería diferente con Unasur, que cambió de nombre antes de nacer, que nació muerta”, declaró Procopio.
 El senador del partido opositor Demócratas Heráclito Fortes opinó que: “Es una dispersión de energías el hecho de crear mecanismos paralelos con el mismo fin”.
 Para el presidente venezolano Hugo Chávez la cita sudamericana "fue muy productiva, ya que la Unasur está tomando forma. Se manifestó de acuerdo con la iniciativa brasileña de crear un Consejo Sudamericano de Defensa, reveló que se había reunido con el presidente colombiano Álvaro Uribe; "fue una conversación de varios minutos, muy distendida, relajada. Di mi mano y la voluntad de recuperar confianza perdida y retomar el camino de la cooperación como en estos últimos años lo hicimos siempre. Creo que (la reunión) fue positiva" dijo Chávez.
 Y a diferencia de lo que pasó en Lima en el 2006, casi ningún presidente suramericano ha estado ausente de la cita de Brasilia. Los presidentes de todos los países de la región - incluyendo los habitualmente ausentes de Guyana y Surinam - no faltaron esta vez, la excepción fue la de Tabaré Vázquez, que envió a su vicepresidente Rodolfo Nin Novoa. Paraguay estuvo representado por dos presidentes el recientemente electo Fernando Lugo y el en ejercicio, Nicanor Duarte Frutos, quien no quiso hacer declaraciones, señalando; “yo soy el suplente, hablen con (Fernando) Lugo”.
El presidente de Brasil no dudó en ubicar en un contexto mundial los objetivos de la Unasur diciendo: “Suramérica tiene capacidad para mover el tablero político de todo el mundo en beneficio de nuestras naciones”. Es decir, que en un momento en que Oriente Medio y Asia copan la atención mundial, Suramérica quiere ejercer de actor principal, aprovechando, como señaló el mandatario brasileño, que “más de 300 millones de personas que se benefician de una excepcional fase de crecimiento y de exitosos programas de inclusión social convierten a la región en un gran mercado de consumo”.

Objetivos de UNASUR
·        Unasur tiene por objetivo fortalecer diálogo político y cooperación económica comercial
·        Fortalecer el “diálogo político” para asegurar la concertación e integración regional; así como la “cooperación económica y comercial” entre sus países miembros
·        Los "principios rectores'' de la Unasur serán la "democracia'', el "irrestricto respeto a la soberanía, integridad e inviolabilidad territorial de los estados'', los “derechos humanos”, la “paz” y la “reducción de la asimetría”
·        Erradicar la pobreza y el analfabetismo, el acceso universal a los servicios de salud y seguridad social; fortalecer el diálogo político y asegurar un espacio de concertación para la integración; y una integración energética, de infraestructuras, financiera, industrial y productiva.
Fomentar la coordinación entre los organismos especializados de los Estados para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la corrupción y el tráfico de armas; para lo cual se promoverá la cooperación entre las autoridades judiciales de los Estados miembro

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