Unasur
Trabajo Practico De
Geografía
1. Qué significa UNASUR, cuando se creó
con que objetivos.
2. ¿Qué la diferencia de otras
integraciones regionales como el MERCOSUR?
3. ¿Qué políticas en conjunto implemento
la UNASUR? ejemplificar.
4. ¿Cuál es la situación actual de la
UNASUR?
5. Piensen y diseñen alguna actividad para
el resto de sus compañeros
Información:
1)
Se conoce como Unasur al
acrónimo de la Unión de las Naciones Unidas Suramericanas, organización
internacional dotada de personalidad jurídica con objetivos puramente políticos
y económicos entre los países que la conforman.
Unasur está formada por 12
países miembros de América del Sur: Argentina, Bolivia,
Brasil, Colombia, Chile, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y
Venezuela.
El
8 de diciembre de 2008 los Jefes de Estado y de Gobierno de los países
nombrados anteriormente, decidieron conformar la Comunidad Sudamericana de
Naciones. No obstante, el 17 de diciembre de 2007, en la cumbre celebrada en la
Isla de Margarita, decidieron cambiar el nombre por el de la Unión de las
Naciones Unidas Suramericanas (Unasur).
El
día 23 de mayo de 2008, Unasur se legalizó en la ciudad de Brasilia, mediante
la firma de su Tratado Constitutivo, por parte de sus miembros.
La sede de Unasur está ubicada a 14 km al
norte de la ciudad de Quito, en el complejo de la Ciudad Mitad del Mundo, en el
edificio que lleva por nombre del fallecido ex presidente de argentino, y el
primero en asumir la Secretaría General de Unasur, Néstor Kirchner.
Unasur tiene como principal objetivo el de construir un espacio de integración en
lo cultural, social, económico, y político entre sus pueblos, con el fin de
lograr una inclusión social, fortalecer la democracia, y reducir las desigualdades en
el marco del fortalecimiento de la soberanía e independencia de los Estados.
Unasur para llevar a cabo su objetivo principal debe de establecer como
prioridad, los siguientes puntos:
·
El fortalecimiento del diálogo político entre los países miembros.
·
El acceso a la educación, seguridad social, salud.
·
El desarrollo humano con equidad e inclusión para erradicar la pobreza.
·
Desarrollos de infraestructuras para la conexión entre pueblos.
·
La protección de la biodiversidad, los recursos hídricos y los
ecosistemas...
·
La integración energética para su aprovechamiento sostenible.
·
La integración financiera, industrial y productiva.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS





















2)
Ambas
iniciativas, la de la UNASUR y la del Mercosur ampliado, apuntan a la
gobernabilidad de la región sudamericana. Tienen contenido económico, pero
indudables objetivos políticos. Hacen a las relaciones de poder entre las
naciones que comparten este espacio geográfico. Tienen que ver con sus
estrategias de inserción internacional.
Hay dos
grandes diferencias. Por un lado, el Mercosur es una realidad
asentada en compromisos jurídicos ya asumidos por sus países miembros. Si bien
son compromisos imperfectos e incompletos, difícil sería dejarlos de lado,
teniendo en cuenta las corrientes de comercio y de inversión que se han
desarrollado entre los socios en los años transcurridos desde la firma del
Tratado de Asunción. La UNASUR, en cambio, debe aún superar el proceso de
ratificación de por lo menos 9 de los países signatarios. Es posible que ello ocurra
y en plazos cortos. Pero no es necesariamente probable.
La otra gran diferencia entre ambas organizaciones es que el Mercosur
está basado no sólo en una voluntad política de trabajar juntos de los países
miembros, pero sobre todo en un pilar fundamental para la integración
productiva conjunta, cuál es el de las preferencias comerciales pactadas. La
UNASUR no tiene previsto nada similar. En todo caso, las preferencias
económicas entre sus países miembros resultarían de la convergencia de la red
de acuerdos de alcance parcial en el ámbito de la ALADI. Hasta ahora han sido
esencialmente precarias. Al ser así es muy difícil que incidan sobre decisiones
de inversión productiva que sean significativas.
3)
Trabajos en conjunto de
la UNASUR:




4)
Desde el 31 de enero del 2017, la Unasur está
acéfala, y su funcionamiento prácticamente se ha reducido a lo elemental, al
menos en contraste con el protagonismo político que tuvo desde su fundación
hasta finales de 2016. Tras la salida de Ernesto Samper como Secretario
General, el Consejo de Ministros y Ministras de Relaciones Exteriores tardó 45
días en acordar que quien fuera su Jefe de Gabinete, el colombiano Yuri
Chillán, quedara a cargo de la institución, pero sin las atribuciones de un
Secretario General. En lo que va del año, sólo 2 de los 12 Consejos Sectoriales
se han reunido, y ha sido por cuestiones técnicas, vinculadas a educación y a
infraestructura.
Este estancamiento se debe a dos factores interrelacionados: por una
parte, una nueva correlación de fuerzas políticas en la región, tras la llegada
al poder de Michel Temer y Mauricio Macri en dos de los países más influyentes;
por otra, el diseño institucional de la Unasur, que establece en su Tratado
Constitutivo que la gran mayoría de las decisiones sobre programas, adopción de
políticas, etc. deben adoptarse por consenso, entre los 12 países que componen
el organismo. Así, la propuesta de designación de Ernesto Samper por un período
más fue rechazada vehementemente por los gobiernos de Paraguay y Perú, y
también por Argentina, que ofreció a cambio que permaneciera sólo 5 meses más.
La propuesta de Argentina, actualmente en la Presidencia Pro Tempore, de que
José Octavio Bordón fuera el nuevo Secretario General tampoco obtuvo consenso.
En este orden de ideas, las disidencias entre los países que componen la
Unasur y también su situación de debilidad se reflejan más bien en las internas
de un organismo esencialmente antagónico: la OEA. Ha sido su Secretario
General, Luis Almagro, quien ha hecho de la OEA el escenario por excelencia
para, por ejemplo, el tratamiento de la situación venezolana –aunque no puso la
misma vehemencia para tratar la grave crisis institucional brasileña ni el
proceso de paz en Colombia-. Celso Amorim, ex Canciller de este último país, lo
advertía unos meses atrás: “el hecho de no dar énfasis a un determinado proceso
también lo debilita. No se necesita acabarlo formalmente, basta no querer más
resolver los problemas de América del Sur en la Unasur y llevarlos directamente
a la OEA”.
Las cláusulas que exigen consenso para que la Unasur funcione en un
contexto de juego de suma cero ideológico han dado lugar, paradójicamente, a un
acuerdo tácito sobre la necesidad de dejar al organismo en stand by.
Ninguno de los bloques políticos más al extremo ha insistido demasiado en la
retomada de su funcionamiento, al menos por ahora. Así, tras nueve años desde
la conformación de este mecanismo de diálogo, político, intercultural,
económico y social, orientado a la integración latinoamericana, la Unasur
parece encontrarse algo debilitada a pesar de que la región atraviesa por un
período que requiere amplios consensos, en particular, por el proceso de paz
que avanza en Colombia –en el que la Unasur sin embargo no ha dejado de
participar-, la reconfiguración de las relaciones con Estados Unidos y las
dinámicas políticas que atraviesan los países donde continúan en ejercicio
gobiernos de corte progresista.
Es probable que su resurgir venga de la mano de un cambio en la
correlación de fuerzas a nivel regional, porque es un instrumento de
integración que claramente responde a una concepción soberanista y democrática,
propia de los progresismos. Sin embargo, cabe señalar que políticamente nunca
fue homogénea -convivieron en ella la Venezuela de Chávez y la Colombia de
Uribe-, y se lograron acuerdos importantes para gestionar graves conflictos
políticos en la región, como la ruptura de relaciones entre Colombia y
Venezuela en 2010, y la destitución de Fernando Lugo en 2012. A
diferencia de hace casi una década, hoy la Unasur carece de la férrea voluntad
política de buena parte de sus miembros para reposicionarla como el principal
espacio de interlocución política e integración regional
Agregados
Los fracasos de la OEA, el gobierno
de Venezuela impuso su influencia en la OEA y a través de votos y dilaciones
consiguió que a Machado sólo le quedara tiempo para despedirse y agradecerle al
Consejo, como dijo la embajadora estadounidense Carmen Lomellín. Con razón,
Machado le dijo a medios internacionales que no había sido un buen día en la
historia de la OEA y que es profundamente doloroso el poco apoyo regional que
ha obtenido su causa.
En Venezuela, una nueva jornada de marchas opositoras y
contramarchas oficialistas derivó en más disturbios y registró más víctimas
fatales, que llegan ya a 34 personas. Al mismo tiempo, la Organización de
Estados Americanos, OEA, le negaba el derecho de la palabra a María Corina
Machado. La diputada de la oposición venezolana deseaba pedir a la entidad
internacional su intervención para detener la violación de los derechos humanos
en su país, y para que se aplicara la Carta Americana promulgada por la misma
organización, otrora poderosa y respetada en el continente. Pero lo que debía
esperarse no sucedió. Durante ocho horas se discutió la posibilidad de que la
diputada venezolana hablara ante la OEA. En el centro de las discusiones estaba
la valiente líder a quien Panamá le había cedido su silla en el órgano
hemisférico para que hablara de la violencia en su país, que en las últimas
seis semanas ha dejado 34 y miles de detenidos por la represión oficial. Y en
Venezuela siguen las protestas, los muertos y las detenciones a los opositores
del gobierno. Aunque las manifestaciones más multitudinarias fueron las de
Caracas, las víctimas mortales se produjeron en San Cristóbal, Valencia y Mérida.
Pero el gobierno de Venezuela impuso su influencia en la OEA y a través de
votos y dilaciones consiguió que a Machado sólo le quedara tiempo para
despedirse y agradecerle al Consejo, como dijo la embajadora estadounidense
Carmen Lomellín. Con razón, Machado le dijo a medios internacionales que no
había sido un buen día en la historia de la OEA y que es profundamente doloroso
el poco apoyo regional que ha obtenido su causa. Por 22 votos a favor, 3 en
contra y 9 abstenciones, los embajadores de los Estados miembros de la OEA
aprobaron una solicitud de la misión venezolana para sacar de la agenda el
punto dedicado a la situación de Venezuela. Previamente se había decidido que
la reunión fuese cerrada a la prensa. Machado agradeció a los once países que
votaron a favor de que la sesión fuera pública: Panamá, México, Estados Unidos,
Guatemala, Perú, Chile, Colombia, Costa Rica, Canadá, Paraguay y Honduras.
Llamó la atención la postura de Brasil y Chile, cuyas dos presidentas fueron
víctimas de dictaduras en sus países, y hoy guardan silencio, lo mismo que
Perú, a cuyo presidente se le ha tenido por débil ante las demandas de la
izquierda latinoamericana. Lo más notorio de todo fue la ausencia de peso que
demuestra Estados Unidos para influir en el rumbo internacional de América. Ni
su enorme poder, ni las grandes inversiones, ni las antaño fuertes influencias,
son determinantes para decidir el futuro de la región. Tantos años de abandono
de los intereses latinoamericanos por sucesivos gobiernos, han logrado que
Estados Unidos ya no cuente a la hora de tomar decisiones cruciales. Y la OEA
ha pasado a ser un organismo inútil más, al que no vale la pena apelar porque
perdió su papel como defensor de la democracia en el continente. Así lo deben
sentir quienes en Venezuela luchan en solitario contra la dictadura y su
paramilitarismo.
Contexto de La
UNASUR
Al cerrar de la reunión en Brasilia donde se firmó el documento
constitutivo de la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), el presidente de
Brasil Luis Ignacio Lula Da Silva dijo que la creación de esta nueva instancia
de integración sudamericana; “permitió tornar real, algo que parecía totalmente
imposible. Nacimos como un espacio abierto para toda América Latina y El
Caribe, que queremos ir integrando gradualmente.
Aquello que parecía imposible, ocurrió. A los ojos de los
incrédulos, América del Sur está ahora más integrada que nunca, porque acabamos
de aprobar el Tratado Constitutivo de la Unasur, mucha gente trabajó mucho,
desde la reunión de 2004 en Cusco, para vencer las adversidades, y así llegar a
este día jubiloso”. La firma del Tratado Constitutivo de Unasur, dijo el
mandatario brasileño, es “motivo de orgullo para todos los que gobernamos los
países de la región”.
De esta manera el presidente de brasileño parecía enfrentar las
críticas que desde varios frentes se ha realizado a este nuevo emprendimiento
regional
que algunos analistas advierten que no le ven un futuro claro.
Por su parte la presidenta chilena Michel Bachelet quien se
convierte en el primer presidente de Unasur al asumir la dirección del
mecanismo de integración, indicó: "Nos llena de alegría porque tenemos la
oportunidad de trabajar todos en conjunto en las nuevas tareas".
"Estamos muy comprometidos y entusiasmados en poner nuestra
energía para colocar en marcha la infraestructura institucional para que el
tratado entre en vigencia", expresó.
La mandataria chilena dijo que "con la firma de este tratado
constitutivo, la integración latinoamericana (entra en una) nueva etapa, en la
cual queremos contribuir en la construcción de este nuevo siglo XXI, donde
América Latina es capaz de tener una voz firme y fuerte porque hemos sido
capaces de poner en marcha un proceso de integración eficaz".
En ese sentido, dijo que los presidentes suramericanos tienen la
gigantesca tarea de hacer que "el siglo XXI sea mejor que el siglo XX para
nuestros pueblos".
Doce presidentes estaban convocados para la Cumbre, que
inicialmente se celebraría en Cartagena de Indias (Colombia), y todos ellos
acudieron a la cita, excepto Uruguay, que estuvo representado por su
vicepresidente. El acta constitutiva prevé que todos los países de América
Latina y El Caribe podrán solicitar su adhesión a la Unasur a partir del quinto
año de la entrada en vigor del Tratado, que ahora deberá ser aprobado por los
parlamentos nacionales.
De acuerdo con el tratado constitutivo firmado en
Brasilia este 23 mayo de 2008, el bloque está formado por Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y
Venezuela.
Entre sus rasgos fundamentales el tratado expresa entre sus
“principios rectores” la “democracia” y el “irrestricto respeto a la soberanía,
integridad e inviolabilidad territorial de los estados”.
Esta nueva instancia de integración se da en un continente signado
por dos factores que emergen con gran fuerza; la asunción por primera vez en la
mayoría de los países que lo integran de gobiernos de izquierda o “progresistas”
y un creciente enfrentamiento entre diversos gobiernos por conflictos
limítrofes de índole políticos económicos y militares.
Ha sido notorio el esfuerzo durante un largo periodo, puesto por el
gobierno brasileño del presidente Lula para concretar esta Unión de Naciones
Sudamericanas, que en la visión de Itamaraty debe complementarse con un
Consejo de Defensa Sudamericano.
El documento, firmado en la cumbre de Brasilia, prevé además la
creación de una institucionalidad de la UNASUR integrada por una Secretaría
Permanente con sede en Quito, un Consejo de Jefes de Estado y otro de ministros.
Varios países parecen aun tener reservas sobre el verdadero alcance
del nuevo organismo, aunque el único que lo ha dicho abiertamente es Colombia,
el presidente Álvaro Uribe había sido propuesto para desempeñar el primer
periodo al frente de la presidencia de la Unasur, pero a último momento no
acepto el cargo. Simultáneamente, Colombia divulgó un comunicado de tres puntos
afirmando que "no puede ser parte del Consejo de Seguridad Conjunta de
Sudamérica, dadas las amenazas del terrorismo y las derivaciones conocidas''
que enfrenta esa nación andina, con un conflicto interno que ya dura más de 40
años. "Sin embargo, Colombia no se opuso a la creación de un grupo de trabajo
que continúe en el estudio del tema'', expresa el documento de colombiano. Por
su parte el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, quien impulsó la
iniciativa, dijo que los presidentes no firmaron la creación de la nueva
instancia, sino que decidieron crear un grupo de trabajo que a partir de ahora
y por 90 días estudiará la forma y organización que tendrá ese Consejo.
Afirmando “que la decisión política está tomada”.
Las reservas e interrogantes sobre la UNASUR se expresan en varios
países, en el propio Brasil; el académico Argemiro Procopio, profesor de
Relaciones Internacionales de la Universidad de Brasilia, afirmó que la Unasur
“nació muerta”.
“Desde la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI) hasta
el Grupo de Río, que estamos fabricando organismos sin funcionalidad, sin saber
a quién representan. Son la cara de la confusión que existe en los proyectos de
integración. No sé por qué sería diferente con Unasur, que cambió de nombre
antes de nacer, que nació muerta”, declaró Procopio.
El senador del partido opositor Demócratas Heráclito Fortes opinó
que: “Es una dispersión de energías el hecho de crear mecanismos paralelos con
el mismo fin”.
Para el presidente venezolano Hugo Chávez la cita sudamericana
"fue muy productiva, ya que la Unasur está tomando forma. Se manifestó de
acuerdo con la iniciativa brasileña de crear un Consejo Sudamericano de Defensa,
reveló que se había reunido con el presidente colombiano Álvaro Uribe;
"fue una conversación de varios minutos, muy distendida, relajada. Di mi
mano y la voluntad de recuperar confianza perdida y retomar el camino de la
cooperación como en estos últimos años lo hicimos siempre. Creo que (la
reunión) fue positiva" dijo Chávez.
Y a diferencia de lo que pasó en Lima en el 2006, casi ningún
presidente suramericano ha estado ausente de la cita de Brasilia. Los
presidentes de todos los países de la región - incluyendo los habitualmente
ausentes de Guyana y Surinam - no faltaron esta vez, la excepción fue la de
Tabaré Vázquez, que envió a su vicepresidente Rodolfo Nin Novoa. Paraguay
estuvo representado por dos presidentes el recientemente electo Fernando Lugo y
el en ejercicio, Nicanor Duarte Frutos, quien no quiso hacer declaraciones, señalando;
“yo soy el suplente, hablen con (Fernando) Lugo”.
El presidente de Brasil no dudó en ubicar en un contexto mundial los
objetivos de la Unasur diciendo: “Suramérica tiene capacidad para mover el
tablero político de todo el mundo en beneficio de nuestras naciones”. Es decir,
que en un momento en que Oriente Medio y Asia copan la atención mundial,
Suramérica quiere ejercer de actor principal, aprovechando, como señaló el
mandatario brasileño, que “más de 300 millones de personas que se benefician de
una excepcional fase de crecimiento y de exitosos programas de inclusión social
convierten a la región en un gran mercado de consumo”.
Objetivos
de UNASUR
·
Unasur tiene por objetivo fortalecer diálogo
político y cooperación económica comercial
·
Fortalecer el “diálogo político” para
asegurar la concertación e integración regional; así como la “cooperación
económica y comercial” entre sus países miembros
·
Los "principios rectores'' de la Unasur
serán la "democracia'', el "irrestricto respeto a la soberanía,
integridad e inviolabilidad territorial de los estados'', los “derechos
humanos”, la “paz” y la “reducción de la asimetría”
·
Erradicar la pobreza y el analfabetismo, el
acceso universal a los servicios de salud y seguridad social; fortalecer el
diálogo político y asegurar un espacio de concertación para la integración; y
una integración energética, de infraestructuras, financiera, industrial y
productiva.
Fomentar la coordinación entre los organismos especializados de
los Estados para fortalecer la lucha contra el terrorismo, la corrupción y el
tráfico de armas; para lo cual se promoverá la cooperación entre las
autoridades judiciales de los Estados miembro
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