Guerrilla Colombiana
Guerrilla colombiana

La
más profunda expresión del enfrentamiento
conservador-liberal (Era un enfrentamiento entre partidarios liberales
y conservadores) se desató a partir de
1948, con el asesinato del popular candidato liberal Jorge
Eliécer Gaitán. Este período, que se extendió hasta fines de la década del
50, recibió el sencillo y explícito nombre de La Violencia. También dejó más de 200.000 muertos.
Las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC, grupo de autodefensa integrado por
campesinos de tendencia liberal desplazados durante el período de La Violencia)
A mediados de 1964, las fuerzas del
gobierno atacaron Marquetalia, donde estaba la FARC, con centenares de
hombres, forzando la huida de los campesinos armados. Recién a principios de la
década del 80, las FARC deciden que tendrán como objetivo explícito la toma del
poder, cuando pasan a llamarse FARC-EP
(por Ejército del Pueblo).
A
finales de esa década, el surgimiento de grupos
paramilitares de derecha alentados por sectores de las Fuerzas Armadas y
algunos terratenientes, empresarios y políticos, así como narcotraficantes,
profundizaron la violencia del enfrentamiento armado.
Por
esta misma época comienza a tener más y más influencia el narcotráfico en el conflicto armado
colombiano, del que progresivamente se van sirviendo tanto los grupos
paramilitares como la propia guerrilla. Eso permitió la modernización de las
Fuerzas Militares y Policía, que hoy suman cerca de medio millón de efectivos.
También hacia el año 2000, las FARC alcanzan su mayor capacidad
militar, con unos 20.000 hombres en armas.
Es el
conflicto interno más antiguo del hemisferio occidental y en sus más de 50 años
no hay ningún colombiano cuya vida no haya afectado.
Las
cifras lo dicen todo: más de 260.000 muertos, decenas de miles de
desaparecidos, casi siete millones de desplazados, violaciones,
secuestros e incontables tragedias personales.
Los
conflictos colombianos pueden rastrearse hasta la época de la Conquista. En el
siglo XIX y hasta los primeros años del XX hubo unos niveles muy
intensos de violencia
fratricida que marcaron el futuro de Colombia, con decenas de miles de
muertos.
El
inicio del conflicto con las FARC marcó el fin del período conocido como La
Violencia.
Era
un enfrentamiento entre partidarios
liberales y conservadores, una relación de fuerzas que alimentaría todos
los conflictos del país a partir de entonces. La confrontación
bipartidista nunca cesó.
En
todo el país comenzaron salvajes choques, en un primer momento con epicentro en
Bogotá, aunque luego se fue convirtiendo en un conflicto principalmente rural, terriblemente sangriento.
Este
período, que se extendió hasta fines de la década del 50, recibió el
sencillo y explícito nombre de La
Violencia. En esa época había mucha desigualdad social y ahí empezaron los conflictos.
Tumbaron
monte para abrir un claro en la selva o se establecieron en la parte alta de
las cordilleras. Eran colonos que aprendieron a sobrevivir en la frontera, sin
ningún tipo de lealtad hacia el Estado
Hacia
1964 estos campesinos comunistas se habían concentrado en una de esas zonas de
cordillera, en el centro del país. El lugar se llama Marquetalia, en el
departamento del Tolima. Las zonas de guerrilla eran imaginadas o representadas
como zonas de dominio de la libertad. En Marquetalia, habían constituido
una suerte de "república independiente", conformada por unos 50
hombres que pelearon durante La Violencia, junto a sus familias.
A
mediados de 1964, las fuerzas del gobierno atacaron Marquetalia con
centenares de hombres, forzando la huida de los campesinos armados.
Tras
ser derrotados y dispersarse, Marulanda, junto a Jacobo Arenas (otro de los
líderes originales del grupo), fundan primero una guerrilla de nombre Bloque
Sur, que en 1966 finalmente adopta el nombre de Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia: considerado el origen de la más grande guerrilla de Colombia.
Las
FARC surgen en el marco de las luchas
de liberación latinoamericanas, alimentadas por la tensión EE. UU.-Unión
Soviética de la Guerra Fría. Son una guerrilla comunista.
A
finales de la década de los 80, las FARC intentaron juntar fuerzas con los
otros grupos guerrilleros de izquierda en la llamada Coordinadora Guerrillera
Simón Bolívar.
Se
constituye el Ejército de
Liberación Nacional (ELN) que entrenó a sus líderes, y que hoy continúa en
lucha con el gobierno, surgen el Ejército
Popular de Liberación (EPL, maoísta), el M-19 (más urbano) y otras
guerrillas.
A principios de la década del 80, las FARC deciden como objetivo explícito la toma del poder, cuando pasan a llamarse FARC-EP (por Ejército del Pueblo).
A
finales de esa década, el surgimiento de grupos
paramilitares de derecha alentados por sectores de las Fuerzas Armadas y
algunos terratenientes, empresarios y políticos, así como narcotraficantes,
profundizaron la violencia del enfrentamiento armado. Asesinaron a campesinos y
dirigentes sociales.
Comienza a tener más y más influencia el narcotráfico en el
conflicto armado colombiano
Hacia
el año 2000, Estados Unidos comienza
a proveer asistencia técnica y económica en la lucha contrainsurgente y
antidrogas, en el marco del Plan
Colombia, modernizando las fuerzas militares y de policía
Sucesión
de hechos dramáticos, se destaca el secuestro, numerosas masacres, violaciones a los derechos humanos.
El
conflicto se extendió tanto tiempo por: falta
de empleo y oportunidades; desigualdad, concentración de la riqueza,
injusticia social; falta de tolerancia, indiferencia; corrupción.
La
naturaleza del conflicto: un lucrativo negocio bélico que se autoperpetúa influenciado por
el narcotráfico; "un ciclo de represalias por las atrocidades
cometidas en el pasado"; una guerra de clases de campesinos
revolucionarios contra un sistema corrupto.
El origen del conflicto:
·
La tendencia a ejercer violencia desde el
poder y la política
·
La falta de resolución en la cuestión de
la propiedad de la tierra en el campo
·
Las faltas de garantías para la
pluralidad y el ejercicio de la política.
En 1984,
hubo un primer intento en el que parte de las FARC se sumaron a un partido
político, la Unión Patriótica, cuyos miembros fueron blanco de escuadrones de
extrema derecha y miles fueron asesinados.
Un
nuevo intento en 1991-92 y otro en 1998-2002 que por diversos motivos
fracasaron.
Durante
los gobiernos del presidente Álvaro Uribe (2002-2010) se lanzó una profunda
ofensiva contra las FARC, que incluyó bombardeos a campamentos rebeldes, y se
extendió durante el gobierno de su sucesor y actual presidente, Juan Manuel
Santos.
En los
ataques del gobierno se diezmaron las fuerzas guerrilleras y mataron a varios
de sus máximos líderes (entre los cuales no estaba Manuel Marulanda, quien
murió de viejo en un campamento del grupo).
En
noviembre de 2012, se iniciaron
los diálogos de La Habana entre los líderes guerrilleros y el gobierno de Juan Manuel Santos
Los
acuerdos de La Habana con las FARC
son un elemento esencial para alcanzar una paz estable y duradera en Colombia, pero no son suficientes.
El ELN
sigue activo, los grupos paramilitares que surgieron para combatir a
las FARC y que se desmovilizaron oficialmente a mediados de la década pasada,
no entregaron las armas por completo.
Muchos
de sus miembros se aglutinaron en las que hoy el gobierno llama grupos
armados organizados, entidades criminales con capacidad de control territorial
en ciertas partes del país y alto poder de fuego, Estos grupos se dedican a
la extorsión, al narcotráfico, al tráfico de personas
y a la minería ilegal, entre otras actividades y representan una
seria amenaza para la paz.
Muchos
creen que una paz sólida en Colombia
sólo se podrá conseguir cuando se hayan resuelto las causas fundamentales del conflicto: falta de empleo y oportunidades; desigualdad,
concentración de la riqueza; injusticia social; falta de tolerancia,
indiferencia; corrupción.
Tras
60 años de guerra, la narrativa mediática de Colombia está sazonada de lágrimas
propias y ajenas. Hay dos tipos de periodistas:
los enemigos y los amigos del terrorismo.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia – Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno son comensales de la
misma mesa de negociación.
Lo
cuentan día a día los medios de
comunicación Periódicos, revistas y semanarios, canales radiofónicos y
televisivos, así como nuevas y veteranas plataformas de cuño digital
La
hemorragia colombiana arrastra voces de informadores: 140 profesionales han
perdido la vida desde 1977. En 2012. La muerte de Guillermo Quiroz fue el hecho
más grave de un ejercicio en el que la Fundación para la Libertad de Prensa
(FLIP) registró 158 agresiones directas contra periodistas.
Colombia
es uno de los países más peligrosos
del continente americano para el ejercicio
de la profesión, en cuanto a la libertad de prensa. Se destaca la autocensura por el miedo a la
violencia, al cierre de medios y a los despidos, acoso judicial.
El
rol que juegan los medios de comunicación
colombianos en el camino hacia la paz
transformadora es vital. Son
elementos clave en todo conflicto bélico. La información succiona o dilata la
visibilidad de los actores bélicos y de las víctimas.
En
Colombia sucede lo que en el resto del mundo: los grandes medios de comunicación han quedado en manos de grandes conglomerados económicos que aportan grandes sumas en las
campañas electorales. Son dueños de buena parte de la economía, les deben
favores a las figuras de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial y,
finalmente, son propietarios de la gran maquinaria de opinión pública. Tienen
el combo completo del poder
Fuentes con la que se mira el
conflicto:
·
La gubernamental
·
La
corriente crítica se centra en los sitios webs de información de
las insurgencias, tanto el de las FARC-EP como el del Ejército
de Liberación Nacional (ELN)
·
Y como tercera voz, con mucho menos voltaje,
aparecen los familiares de asesinados y
desaparecidos
El Gobierno se ha dedicado a la cooperación militar con organismos internacionales para
canalizar la potencia militar de Colombia en la transición del conflicto.
Tras
la firma del Acuerdo final de Paz,
el Ejército colombiano pasará de ser una institución combativa a una institución
cuyas misiones se ven reducidas en el marco de la pacificación del país, lo que
ha generado una controversial oposición ejercida por ciertos sectores del
Ejército al proceso de paz.
Los
desafíos de la pacificación del país
dependen de la voluntad y de los objetivos del gobierno y de las FARC.
La
actual restructuración del Ejército
apunta en dirección a convertirse en un servicio internacional en el sector
militar.
La
reducción en las filas del Ejército está en marcha con la salida en los
próximos meses de cinco mil oficiales que pasarán a formar parte de un
contingente de las Fuerzas de Paz de
Naciones Unidas, con sede en Nueva York, para apoyar misiones humanitarias en países del África y de Medio Oriente.
Esta
medida responde al acercamiento del
presidente Juan Manuel Santos con
países de Europa y la OTAN para la formación militar del
Ejército. Colombia asistió al encuentro de la Escuela de la OTAN en Oberammergau y el NATO Defence
College en 2014.
El
Plan Colombia (también llamado Plan
para la Paz y el Fortalecimiento del Estado o Plan
Colombia para la paz) es un acuerdo bilateral constituido entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos
suscrito durante las administraciones del presidente colombiano Andrés Pastrana
Arango y el estadounidense Bill Clinton con el fin de “terminar el conflicto
armado en Colombia y crear una estrategia antinarcótica”.
Pero realmente
resultó ser una pantalla para cubrir la implantación de fuerzas armadas
estadounidenses en Colombia. Las operaciones militares fueron dirigidas
desde Washington por el general Barry mccaffery, excomandante en
jefe de las fuerzas militares estadounidenses en América del Sur, y
nombrado jefe de la lucha antidroga por Bill Clinton en
enero de 1996.
El
provecho que sacó Estados Unidos fue
la protección de los yacimientos de petróleo e impedir toda negociación con las guerrillas.
La
CIA creó una célula de inteligencia
en la embajada de Estados Unidos en Colombia, conocida informalmente como
"el bunker". Vía satélite,
la CIA localizaba los puntos de
concentración de las FARC y transmitía la información al ejército colombiano.
Se usaron bombas inteligentes guiadas por satélite.
Las
Farc detenían los camiones
cisterna los detienen, abren sus válvulas y derraman el crudo sobre la
carretera, lagos, charcas y ríos, causando un daño ambiental
Los
métodos de guerra van desde la voladura de oleoductos hasta la contaminación de acueductos, tala indiscriminada, la extracción de minerales, la
alteración del cauce de los ríos, entre otras.
Tierras erosionadas por
el abandono o uso inadecuado, fuentes de
agua contaminadas por efecto del derrame de hidrocarburos, especies de
fauna y flora extinguidas o en riesgo de extinción y reservas naturales
invadidas, son algunos de los impactos que la guerra ha causado en el medio
ambiente
Cuando
las guerrillas vuelan los oleoductos, el ataque no va contra la naturaleza sino
contra las petroleras, pero resultan afectados los pastos y pantanos por el
derrame de crudo, los daños
producidos alteran los ecosistemas
de las regiones donde se producen los atentados y derrames.
Los
combustibles aíslan la superficie de los ríos o lagos de la atmósfera y no hay
intercambio de oxígeno, “y crean un ambiente
que no es apto para la vida.
Uno
de los factores que más daño ha causado en el medio ambiente, y se ha
convertido en la principal fuente de financiación para el conflicto armado, es
el narcotráfico y los cultivos de uso ilícito.
La
deforestación causada por los grupos
ilegales para la construcción de laboratorios
y la siembra de la hoja de coca es
causa determinante en el daño ambiental en Colombia a esto se le agregan las
fumigaciones que afectan los cultivos de los humanos, y para la diversidad que
hay en los bosques y en las zonas donde fumigan
Las
fumigaciones alteran los
ecosistemas, también la vida de los labriegos.
Para el campesino, las
fumigaciones les han traído enfermedades,
desplazamientos, contaminación de fuentes de agua y escasez de alimentos.
La
misión de la ONU
en Colombia sacó hoy el último contenedor cargado con
armas de miembros de la guerrilla de las FARC que permanecen en
una zona de reunión, lo que marcó el fin de su proceso de desarme y supone su
paso definitivo hacia la desmovilización. El acto fue supervisado por el
presidente de
Colombia, Juan
Manuel Santos, junto al jefe de la misión de la ONU en ese país, Jean Arnault,
así como por autoridades militares y delegados de las Farc en la zona veredal
transitoria de normalización (zvtn) de Pondores, en el municipio Fonseca (norte).
Hoy
efectivamente es el último suspiro de ese conflicto, con esta dejación de armas, con (la salida de)
los últimos contenedores, el conflicto realmente termina y comienza
una fase nueva en la vida de nuestra nación”, resaltó santos.
Desde
Pondores, donde están reunidos parte de los 7.000 guerrilleros de las farc que
de esta manera dicen adiós definitivamente a las armas, el último contenedor
salió con destino a una bodega general situada en un punto en el centro del
país que no ha sido precisado, donde serán inutilizadas. La salida de las armas
de las zvtn fue, según Arnault, “un operativo complejo” para el que requirieron
16 operaciones aeroterrestres, 10 terrestres, más de 50 horas de vuelto de los
tres helicópteros de la ONU y medios puestos a disposición de la fuerza
pública.
La
guerrilla de las farc dice que
mantendrá sus siglas una vez pase a ser movimiento político legal, si bien
cambiará su nombre a fuerza alternativa
revolucionaria de Colombia
Es
una enorme oportunidad para que el país cree un estado democrático, lo que nos permitirá vivir en paz.
Durante
meses los guerrilleros y el gobierno se han estado acercando al acuerdo final. En junio, ambos bandos
anunciaron un alto al fuego y los rebeldes anunciaron que habían aceptado dejar
las armas.
El
gobierno y las farc declararon que habían acordado la liberación de los niños soldado de la guerrilla.
Ambas
partes dicen que han resuelto la mayoría de los puntos de fricción que durante
años los mantuvieron en conflicto. Pero incluso si este documento es
aprobado por el pueblo colombiano, su éxito no está garantizado.
Todavía
existen dudas sobre cómo se adaptarán los guerrilleros a la sociedad y si la
sociedad colombiana está lista para aceptarlos.
El
acuerdo de paz incluye amplias garantías
para darle forma al país luego del
conflicto. En reconocimiento a una de las denuncias más antiguas de las farc,
el gobierno se ha comprometido a hacer inversiones
significativas en áreas rurales.
El
acuerdo final trata de resolver bajo
un sistema de justicia transicional,
la mayoría de los crímenes podrán ser resueltos con sentencias reducidas. El
congreso debe aprobar una ley de
amnistía para los guerrilleros,
un punto que ha sido difícil de aceptar para algunas víctimas.
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